lunes, 10 de junio de 2019

MICHEL FOUCAULT LIBERTAD, ILUSTRACIÓN Y PODER



Muchas veces, a lo largo del curso, mis alumnos me hacen la famosa e inesquivable pregunta, “¿para qué sirve la filosofía?”. Yo a su vez respondo con otra pregunta: “¿prefieres la respuesta corta o la larga?”. Hoy voy a desarrollar la extensa, al hilo de la actualidad informativa.

La noticia de hace un par de días es que en Italia están juzgando a unos padres por dar homeopatía a su hijo, cuando deberían haber acudido a un médico “de verdad”. La Vanguardia, en su edición dominical se ha apresurado a publicar una acérrima crítica de las “pseudociencias”. Y esto nos lleva directamente a Foucault. No conozco el caso, ni voy a hablar de él, sino de lo que implica todo esto desde el punto de vista de la filosofía.

lunes, 3 de junio de 2019

TRABAJO Y PRODUCCIÓN

La inmensa mayoría de los seres humanos hemos de trabajar para subsistir. A uno le puede gustar más o menos su trabajo pero, en todo caso, no deja de ser una obligación para la supervivencia del individuo o la familia. Lo peculiar del trabajo es que se agota en ese proveer la supervivencia, lo cual implica una dedicación de por vida, aunque en las llamadas las “sociedades del bienestar” (que son muy pocas) haya excepciones a esta regla, como la jubilación, las vacaciones pagadas o la baja por enfermedad. Aquí, en todo caso, vamos a referirnos a lo que fue el trabajo para la inmensa mayoría de la población hasta la época moderna, y lo que sigue siendo en la mayoría del planeta.

Como hemos dicho, el trabajo como tal implica una serie de tareas que se agotan en la mera supervivencia de la familia. Bien es cierto que el trabajo puede implicar la fabricación de un producto que perdure, pero el objetivo primero del trabajo en sí es poderlo intercambiar por nuestros medios de subsistencia.

¿REALMENTE SOMOS LIBRES?


Si bien todas las cosas del mundo (y aquí incluyo plantas y animales), de una forma u otra se mueven o cambian, podemos asegurar que en rigor, el ser humano es el único que actúa. La diferencia es clara: mientras el movimiento de cualquier ser (objeto, planta o animal) es un movimiento que obedece a unas causas, la acción no está causada, sino motivada.

En el mundo moderno entendemos que la naturaleza está regida por unas leyes, como la ley de la gravedad, que hacen que los cuerpos caigan de manera inevitable. Este es el significado estricto que le debemos dar a la palabra “ley” y a la palabra “necesidad”. Desde el inicio de la filosofía, todos los pensadores asociaron lo que ocurre en la naturaleza con una necesidad.

También hablamos de leyes en el mundo humano, pero no es difícil comprobar que su significado es muy diferente, ya que no están dotadas de esta necesidad. Las leyes humanas pueden ser y son incumplidas a menudo, aunque acarreen las peores consecuencias, como el asesinato, que puede comportar la pena de muerte en algunos lugares, lo que no impide que siga habiendo personas que asesinan a otras.

miércoles, 1 de noviembre de 2017

THE CATALAN ISSUE: DEMOCRACY AND THE RIGHT TO DECIDE


In the last elections to Catalan parliament in September 2015, there were 5,314,913 Catalan citizens summoned to vote. 4,115,807 people of them did vote, this is approximatively the 77% of the electorate. After a long period of discussion, the parliament entrusted the government to an independentist coalition (JxSi) with the support of the less voted party represented in the parliament, called “the CUP” (the Catalan acronym for something like “the people’s unity candidature”).
This political group, which denies being a party but a political association assembly, claims to be socialist (not in the usual European social democracy meaning but in the way of Cuba and Venezuela). But above all, they are an independentist and anti-system group that fights for revolution throughout what they call the “Catalan countries”, namely, all places with Catalonian culture and language including a significant French area.

domingo, 22 de octubre de 2017

LA LIBERTAD POLÍTICA Y SU PRECIO


Hablar de libertad e intentarlo hacer con un mínimo de rigor supone entrar en un terreno muy resbaladizo y lleno de trampas. Todos podemos ser presa de ellas. Por ello ha sido un tema de reflexión constante en la filosofía política. Esto quiere decir que hay muchos, antes que nosotros, que hicieron grandes esfuerzos intelectuales para despejar este terreno. En nuestra mano está escucharlos para impedir la banalización actual de esta idea, víctima del discurso político profesional y sus urgencias.
La libertad política, a diferencia de la moral, no consiste en tomar decisiones en una situación dada, sino más bien en dotar de una cierta “elasticidad” a la realidad humana, de manera que aumenten al máximo las posibilidades para que cada cual pueda hacer todo lo que quiera –en la medida de lo posible- sin tener que pagar un precio por ello.

martes, 26 de septiembre de 2017

¿SON TODOS LOS PARTIDOS DE IZQUIERDA SIEMPRE DE IZQUIERDAS?

El reto que promete colocarlo todo patas arriba, seguramente con pocos efectos palpables, aunque sí algunos muy sutiles, está obligando a muchos a retratarse tal como son, y no como les gustaría ser.
No voy a citar nombres porque no soy político profesional ni tan solo amateur. Que cada cual interprete lo que quiera y como quiera. Pero no dejo de sorprenderme.
Yo entendía en mi limitada lucidez que la divisa de los partidos de izquierda era aquélla de “proletarios del mundo uníos”. No sé cómo se concilia eso con el nacionalismo que sólo puede vivir de la diferencia respecto a las otras naciones (las que nos oprimen, nos mienten, nos roban, en definitiva, los malos).

martes, 19 de mayo de 2015

ECONOMÍA Y MORAL: EL CONSUMO RESPONSABLE


El hecho de vivir en una sociedad de consumo hace que se den muchos valores por supuestos que desde el punto de vista moral deben ser analizados:

1: El valor del “ahorro”. Partimos de la idea de que lo queremos tener todo. Como el que más. Sin embargo todos tenemos unos ingresos limitados. Por lo tanto, nos encanta conseguir cosas al precio más bajo posible. Esto hace que no nos importe qué implicaciones tienen nuestras adquisiciones. Aunque sí solemos ser muy moralistas con las acciones de otros.